"..Pero, a la búsqueda de ejemplos de pactos hay muchos, pero uno más rico, próximo y propio que se hizo en nuestro país. Un ejemplo para peronistas, radicales, sindicalistas y empresarios nacionales. El de las Coincidencias Programáticas de 1972 y el Acta de Concertación de 1973.
Más allá de lo mucho que sorprendería por la actualidad de sus propuestas, aquel ejemplo no es más que inspirador para estos días. No un ejemplo a copiar. Irrepetible, por ausencia de actores. No están ni Juan Perón, ni Ricardo Balbín, ni Oscar Alende, ni Horacio Sueldo, ni José Ignacio Rucci, ni José Gelbard, ni Orlando D´Adamo, entre otros.
El Estado empresario no es ya el actor económico dominante que era en aquellos años. El capital extranjero ni remotamente tenía el peso que hoy tiene en las decisiones económicas del país. No existían la OMC (Organización Mundial de Comercio) ni el Mercosur. Veníamos creciendo al mismo ritmo que Estados Unidos desde la salida de la guerra y nuestro problema era el “estancamiento potencial”, por falta de distribución apropiada de las ganancias de productividad de una década.
Dos “economías mundo” se disputaban el planeta..."
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